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Conoce al Compositor - Franz Liszt |
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l TARDIS está llegando a Constantinopla en 1847 (Estambul, Turquía ahora). Nos encontramos al famoso compositor y pianista Franz Liszt, en cuarentena y ya muy cansado después de haber estado presentándose ahí. Vamos a escuchar lo que el Franz Liszt tiene que decirnos, en nuestro viaje por el tiempo. |
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Jill: Sr. Liszt, no quisiera ser descortés, pero ¿por qué está usted en cuarentena?. No lo entiendo. Liszt: Jill, no es una pregunta descortés y aprecio que tú y tus amigos me pregunten. Bien, estoy en cuarentena porque en este momento de la historia (1847), Constantinopla todavía es un país "cerrado". En otras palabras, es extremadamente difícil viajar a este interesante país, y uno debe seguir las normas oficiales y de migración que se aplican a los viajeros a este lugar. Jill: Interesante, creo que mi siguiente pregunta será que cómo fue que vino hasta acá a dar conciertos. Liszt: El Sultán Abdul-Medjid Khan recibió una educación moderna por parte de su padre el Sultán Mahmoud II. Adbul-Mdejid Khan se vió muy involucrado en la cultura occidental, especialmente con la ayuda de su primer ministro Mustafa Resis Pasa. El Sr. Pasa pugnaba por la europeización de Turquía, y trabajó largo y duro para arreglar esta parte de mi Gira Mundial incluyera Constantinopla. A propósito, el mismo Sultán disfruta con la ópera italiana. De hecho, mi primer concierto en el Palacio Tchiraghan incluyó mi propio parafraseo del Andante de Lucia de Lammermoor que, como probablemente ustedes ya saben, es una composición de Donizetti. Luego yo hice mis famosos parafraseos de la "Obertura" de Guillermo Tell, compuesto por Rossini, y mi "Fantasía" de los temas de Norma de Bellini. Realmente creo que el Sultán las disfrutó mucho; las escuchó con atención, y realmente parecía interesado - a diferencia de algunos otros monarcas para los que he tocado. Después de mis conciertos, el Sultán me otorgó el diamante de la Orden de Nichan-Iftikhar, y también una caja cubierta con joyas preciosas. También toqué en la Embajada de Rusia mientras estuve en Constantinopla. Si tenemos tiempo. me gustaría contarles una historia interesante que me sucedió mientras estaba ejecutando en Constantinopla. Jill: ¡Fabuloso! Cuéntenos más. Liszt: Mientras estaba en Constantinopla, otro pianista, Listmann, estaba ahí dando algunos recitales. Este caballero (estoy siendo muy diplomático al llamarlo así) decidió quitar la última sílaba de su nombre y aprovechar que los nombres Liszt y Liszt suenan similar. Pero para quienes sabían, no éramos la misma persona. Este canalla se hacía pasar por mí y recibió un obsequio del sultán que se suponía que yo debía recibir. Listmann se disculpó conmigo por su mala actuación, pero nunca me entregó el regalo del sultán. Otra historia interesante trata sobre aquel fabuloso piano que la compañía Erard, de París, me facilitó durante mi gira por Constantinopla. Primero, les voy a decir que el piano era maravilloso y, comparado con los pianos en los que tenía que tocar en otras ciudades, este sí que era un piano. En fin, después de terminar mis recitales en Turquía, este piano se vendió a un hombre joven que quería darlo como regalo a su prometida. Esto me pareció maravilloso. George: Parece que a usted era muy bien tratado por el Sultán y por otros, y hemos escuchado historias sobre las serenatas que le llevaban a su hotel las personas del público, en Europa, después de haber terminado un concierto. Sí que han cambiado las cosas desde la época de Mozart. Liszt: Estoy seguro que ustedes conocer el trato que recibieron durante sus vidas Mozart, Haydn, y hasta uno de mis héroes, Beethoven. ¡Mozart y Haydn fueron tratados como basura! No eran más que sirvientes de los reyes y reinas y hasta de los clérigos de la época. No recibían el más mínimo respeto de estas personas, a pesar que estos personajes eran, como compositores, reyes de la música. Ellos entraban y salían de los palacios por las puertas de servicio y tenían que tolerar todo el mal trato que recibían de las monarquías de sus épocas. Yo estaba convencido de que ésto no me pasaría a mí; los artistas deben ser tratados con gran respeto y admiración por toda la gente, sin importar su estrato social. Por fortuna para mí, uno de mis héroes, Beethoven, empezó a romper estas barreras ridículas y el horrible trato que recibían los artistas. Ese genio forzó q la aristocracia de Viena a que lo trataran como a un igual. Sin embargo, siento que ellos nunca reconocieron que él era más que un igual. Que en muchos aspectos él era superior que ellos, por su gran talento y porque él había sido "divinamente" dotado. George: Bien, ahora creo que entiendo por qué usted usaba ese tipo de vestimenta cuando estaba en el escenario. He escuchado que algunas veces usted vestía algo repugnante, he escuchado. Y muchos críticos en París se intimidaban cuando escuchaban sobre lo que usted vestía en el escenario. Liszt: Puedo adivinar que mucha gente probablemente se sintiera intimidada por la forma en que me vestía para salir al escenario, pero esto tenía una razón. Cuando salía al escenario usando todas las medallas que se me habían otorgado por puños por toda Europa, incluyendo la espada de honor de Hungría, le estaba mostrando al mundo que los tiempos estaban cambiando. Que yo estaba elevando el estado social de los músicos, artistas, compositores desde ser sirvientes tratados como basura a ser tratados como realeza musical. Yo tenía tantos títulos y medallas como cualquiera de tantos nobles para los que yo tocaba. Y no iba a ser tratado como un perro sin educación y sin talento. Siento que el público y la aristocracia necesitaban empezar a aprender cómo tratarnos a quienes estamos involucrados en las artes. Por eso, el uso de mis medallas, etc., era una fuerte y positiva declaración visual, y yo sólo puedo desear que mis conciertos sean apreciados de la misma manera. George: He escuchado que usted realmente le regresó el disparo a algunos de estos reyes y reinas. Dígame qué es lo que hizo. Liszt: Bien, una historia más sobre ésto, y luego cambiemos el tema, por favor. Estaba dando un recital, cuando el zar Nicolás I de Rusia llegó tarde y todavía tuvo el descaro de empezar a hablar mientras yo tocaba. Entonces yo solamente dejé de tocar y me quedé sentado al piano mirando el teclado. Cuando el zar preguntó por qué había dejado de tocar, le dique que "la música debe estar en silencio cuando Nicolás habla". Creo que captó el mensaje. Otras princesas y otros más trataron de provocarme de la misma manera pero, para ser honesto, no vacilaba en detener mi ejecución, o abandonar el salón si era tratado mal. George: Probablemente algunas personas pensaban que usted se estaba poniendo pesado. Gene: Ya para esto George, el Sr. Liszt dijo que ya no quiere hablar de este tema. Pero debo decir que creo que el Sr. Liszt tuvo el valor de hacer lo que hizo, y nosotros, en 1996, le debemos mucho. Así que ya no sigas, George. Janice: ¿Puedo hacerle una pregunta sobre su infancia? ¿Estaba usted al piano todo el tiempo? ¿No se cansaba del piano? Liszt: Dicen que mis primeros signos de mi amor por la música se dieron cuando tenía seis años de edad. Mi papá estaba tocando el Concierto para piano en Do sostenido menor, Puedo recordar que me gustó mucho, tanto que tarareaba el tema del concierto cuando estaba jugando. Creo que aprendí bien el tema y mis padres estaban muy emocionados con ésto. Papá fue mi primer maestro de piano; no sólo me enseñó las bases del piano, sino que también fuertemente enfatizó el que tocara de memoria, la habilidad de leer música a primera vista y cómo improvisar. Estas técnicas fueron las que me hicieron un niño prodigio. Respecto a tener otros niños con quien jugar, mi familia hizo una amistad cercana con la familia Hirschler. De hecho, la primera vez que escuché a su hija Fanni tocar su piano nuevo, me sentí muy atraído por su sonido. Tanto que su familia nos dio el piano. Nuestras familias siguieron teniendo una amistad cercana por años. Otro recuerdo buen que tengo de mi infancia es el ver y escuchar a los gitanos vagabundos y su maravillosa música. Era fenomenal el escuchar de primera mano su bella música. Lo que me atraía más era que la mayoría de ésta era improvisada por el impulso del momento. También me sorprendía que la mayoría de esta gente no podía leer la notación musical, y sin embargo, su música era muy buena, y ha sobrevivido a través de los años. Debo admitir que cuando empecé a trabajar en mis Rapsodias Húngaras, tenía su música y la imagen mental de su ejecución frente a mí cuando estaba componiendo. Puedo recordar su música como si la hubiera escuchado hace diez minutos. Janice: ¿Quién le dió lecciones de piano? ¿Tiene hermanos y hermanas, y ellos también tocan el piano? Además de Beethoven, ¿quiénes eran sus héroes? ¡Bueno, creo que necesito dejar de hacer tantas preguntas a la vez! Liszt: Mi padre era Adam Liszt, quien nació el 16 de diciembre de 1776. Su mayor amor en la vida era la música. El tocaba el violonchelo en la orquesta de verano de Esterhazy bajo la batuta de Haydn, después conoció a Hummel (quien fue el sucesor de Haydn y quien estuvo a cargo de la música en los palacios Esterhazy en Hungría). Hummel tuvo una gran influencia sobre mi papá, tanto que papá se sintió muy motivado para mejorar sus habilidades en el piano lo suficientemente bien como para tocar los conciertos que escribía Hummel. Entonces, papá también pudo enseñarme esos mismos conciertos cuando yo era un niño. Mi padre también era violonchelista en la orquesta del Príncipe cuando Beethoven vino a conducir una ejecución de su Misa en Do Mayor. Este fue un gran evento. Entonces, algo hizo que el Príncipe se disgustara con papá, y lo envió a Raiding ¡como pastor de ovejas! Ahí no había ningún tipo de actividades culturales. ¡Qué tragedia! En ese lugar conoció a mi madre Anna Lager en 1810; y ahí se casaron el 11 de enero de 1811. Yo nací el 22 de octubre de 1811. No tengo ni hermanos ni hermanas. Para contrarrestar ese aislamiento de la corte, mi padre organizaba sus propias noches musicales, en las que él y otros amigos tocaban música de cámara. El no era únicamente un buen violonchelista, sino que podía tocar el violín y tenía una buena voz grave. En ocasiones, llegaba algún visitante de Eisenstadt y el nivel de la ejecución musical se ponía aún mejor. Además, papá conocía y mantenía el contacto con todos los muchachos de la orquesta de Eisenstadt, y con el sucesor de Hummel, Kapellmeister Fuchs. Por lo tanto, yo estaba rodeado por la música desde mi primer día de vida. Papá conocía la música para teclado de Bach, Mozart, Hummel y los primeros trabajos de Beethoven. Cuando yo era un niño, definitivamente quería ser como Beethoven. De hecho, papá conocía toda esta música tan bien que cuando yo era un niño era capaz de tocarla exitosamente en conciertos. Alrededor de 1819, papá empezó a pensar en que dejáramos Hungría y fuéramos a Viena, la ciudad de Beethoven, Schubert, Haydn y Mozart. La razón por la que me quería en Viena, yo pienso, es porque en ese momento era la capital de la música del mundo. Papá quería que yo estudiara con Carl Czerny, y su viejo amigo Hummel también estaba ahí. Papá trabajó duro en lograr una transferencia del Príncipe Esterhazy para poder moverse a Viena. Esto no pudo ser posible hasta que el Príncipe me escuchó tocar y entonces decidió contribuir con dinero para mi educación y le dió a papá permiso para ausentarse durante un año. Hubo muchas complicaciones, pero finalmente pudimos llegar a Viena. Para ayudar a financiar nuestro viaje a Viena, papá me puso a dar conciertos que eran pagados a través de suscripciones privadas. Yo tenía nueve años cuando dí mi primer concierto. Toque el Concierto Ries en Mi bemol Mayor y luego improvisé una fantasía sobre melodías populares. Al público le encantó. Oh, olvidé mencionar que este concierto fue arreglado por el Barón von Braun, quien era un flautista ciego y me permitió tocar después de que él tocó su parte del concierto. Después del éxito de ese concierto, papá hizo los arreglos para que yo tocara un concierto totalmente solo el 26 de noviembre. Yo vestí un traje típico húngaro, y fue buena idea hacerlo, pues yo estaba tocando en Pressburg, la antigua capital de Hungría. Tuvimos mucha suerte. Muchos de los hombres de la nobleza húngara asistieron al evento y establecieron un fondo para que yo pudiera estudiar en Viena. No, no he olvidado a mi madre, ella renunció al dinero de su dote para que yo pudiera estudiar en Viena y tenía toda la confianza del mundo en mis habilidades musicales. En 1822 nos mudamos a Viena. Papá no perdió tiempo para ponerse en contacto don Czerny para que yo pudiera comenzar mis estudios con él de inmediato. Sí que aprendí mucho de este hombre notable. Hizo maravillas con mi técnica. He de reconocer que yo no tenía una técnica sólida cuando empecé mis estudios con él. El insistía en la digitalización correcta en las escalas, en tocarlas a un ritmo estricto y una total "ecualización digital", o sea, que los diez dedos tuvieran la misma fortaleza. Trabajó mucho en mi producción de matices. Me forzaba a aprender todo rápidamente, reforzando mis habilidades para tocar música que leía por primera vez. Czerny era un maestro muy duro, pero me dió las bases exactas que yo necesitaba. De no haber sido por sus enseñanzas, no sería capaz de tocar o componer la música que estoy haciendo en estos días. Este querido hombre, con todo el conocimiento que me ofreció, nunca cobró por sus lecciones. Estaré agradecido por siempre a este hombre maravilloso; nada sería suficiente para corresponder a todo lo que me dió. En julio de 1822, también empecé mis lecciones de composición con Salieri; el mismo Salieri que fue perseguido por muchos años por el falso rumor de que había envenenado a Mozart. Papá escogió a Salieri como mi maestro de composición porque el señor era un buen maestro y su nombre tenía gran prestigio y autoridad en la Corte. Yo fuí muy afortunado, porque este caballero también me enseñó gratuitamente. Nunca cobró nada por las lecciones. Para ir a las clases de composición, papá y yo teníamos que caminar a casa de Salieri tres veces por semana. Para ser honesto, era un camino largo, y llegaba a la clase totalmente agotado. Cuando Salieri se percató de ésto, escribió al Príncipe Esterhazy solicitando ayuda para buscar y financiar habitación en la misma Viena, que estuviera más cerca de mis dos maestros. La ayuda llegó y pudimos mudarnos más cerca de ellos, por lo que pude tomar clases con ellos todos los días. Aún así, ellos nunca cobraron por darme las clases, y repito mi agradecimiento por su amabilidad y generosidad. No volví a dar otro concierto en público hasta 1822, aunque papá me ponía a tocar en actuaciones privadas especialmente arregladas para la aristocracia austríaca. Czerny me puso en un entrenamiento riguroso de 10 meses antes de permitirme ser presentado al público y a la crítica vienesa. El 1ro de diciembre de 1822 compartí con Caroline Unger, una cantante austro-húngara, y Leo Lubin, un violinista. Yo toqué el Concierto en la menor de Hummel y después de éste una fantasía libre. Desafortunadamente, las cosas no marchaban muy bien para mi familia en el aspecto financiero, por lo que tuve que dar más conciertos públicos para ayudar a mi familia. Para ser honesto, nuestra mala situación financiera fue una de las fuerzas que motivaron la generosidad de Czerny y de Salieri. Papá decidió que ya era tiempo de que yo empezara a realizar giras, para ayudar más a mi familia. Fué muy difícil el despedirme de Czerny después de únicamente 14 meses de lecciones con él. Además de papá, él fué mi único maestro de piano; estoy en deuda con él. Emma: Eso es muy intenso. ¿Cómo era el tener que viajar por todo el mundo haciendo presentaciones siendo, básicamente, un niño? ¿No siente que perdió su infancia? Liszt: Primero, no era una vida muy glamorosa. Papá tenía que hacer todos los arreglos de estas giras y la probabilidad de perder mucho dinero era tan real como ganar mucho dinero. Y, sí, hubo ocasiones en que tuvieron que buscarme en la calle en dónde jugaba con niños, para que pudiera prepararme para un concierto. Jasmine: Sr. Liszt, ¿hubo alguien en quien usted se inspirara como compositor o como pianista? Liszt: Si, en abril de 1832, escuché al violinista Paganini tocar en un concierto a beneficio de las víctimas de la plaga del cólera que había devastado la ciudad. Al escuchar al artista tocar tuve mi "iluminación artística" o despertar artístico. No sólo tocaba Paganini mejor que cualquier otro violinista, sino que era capaz de tocar el violín mejor que nadie. En ese momento decidí que me volvería el "Paganini del Piano", y practicaba de 4 a 5 horas diarias de ejercicios. Los sonidos que producía Paganini estaban siempre en mi mente. Mi deseo era crear una nueva clase de repertorio y técnica para piano que nunca se hubiera realizado antes; transferir al piano los sonidos de los trémolos de Paganini, los saltos, efectos, armonías como de campanas, etc. Cambié radicalmente mi estilo de tocar y mi enfoque del piano. Una cosa que no me gustaba del Sr. Paganini era su ego. Siento que los talentos que tenemos deben tener algún beneficio o alguna influencia positiva a la humanidad. Como yo poseo estos dones especiales, me siento obligado, de algún modo, a poner estos dones al servicio de mis compañeros. Con gusto doy conciertos para ayudar a las víctimas de inundaciones y otros desastres naturales. Nadine: Bien amigos, ahora voy a cambiar el tema. Me he dado cuenta que sus conciertos fueron evolucionando de ser eventos en conjunto con otros intérpretes a conciertos en los que tocaba totalmente solo. ¿Cómo se dió ésto? He visto copias de sus programas y se parecen mucho a los que se dan ahora cuando vamos a un recital de piano. Y, ¿quién fue la brillante persona que inventó la memorización en recitales de piano de solistas? ¡a memorización es una tarea difícil! Liszt: Bien, Nadine, estás viendo al culpable. Se me hizo más fácil memorizar para una presentación que leer mientras me presentaba. Y no únicamente mi propia música. Creo que las audiencias deben saber el repertorio completo de Bach a Chopin (así como mi propia música), música de solistas y conciertos. También me gustaba poner el piano en el escenario de modo que la tapa quedara abierta hacia el público. De esa forma el sonido llenaba los auditorios. Debo agradecer a mis maestros por su insistencia en la memorización del repertorio. Algunos críticos encontraban mucho sobre qué quejarse durante mis recitales como solista, pero me gustaba hacer la música más accesible al público en general para ayudar a que el público aprecie nuestro arte. George: Bien, Sr. Liszt, gracias por su tiempo para conversar con nosotros el día de hoy. He aprendido mucho y aprecio todo lo que usted hizo por todos nosotros los que estudiamos piano. También quiero decir que he aprendido mucho del respeto y cariño que aún siente por sus maestros, a pesar de que usted ahora es famoso. Liszt: Gracias, George, por escuchar mis historias. Sin el cariño y la atención que me ofrecieron mis maestros, yo nunca hubiera logrado la fama y el éxito del que ahora disfruto. Mantengan ésto en su mente, por favor, especialmente cuando sus maestros se lo estén ofreciendo con todo su cariño. Si te gustó esta conversación con Liszt, te recomendamos que consultes otras de las interesantes entrevistas de Conoce al Compositor:Otoño de 1995 - C.P.E. Bach Primavera de 1996 - Federico Chopin Verano de 1996 - Wolfgang Amadeus Mozart |
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